Después de atravesar el tupido bosque, Vito arribó a un claro y pudo
distinguir a la renguita que se hallaba colgando ropa. Se acercó y la
saludó con amabilidad preguntando en seguida por la bruja, aunque no la
llamó así sino que más bien preguntó por la señora de la casa. Sin dejar
de hacer su trabajo la mujer le contestó siseando que las consultas
estaban suspendidas hasta nuevo aviso. Vito respondió a su vez que él no
venía a hacer ninguna consulta sino que quería
intercambiar ideas con la patrona sobre la desaparición de los
atrapasueños del pueblo. No había terminado la frase cuando chocó con la
mirada sorprendida y aterrada de la sirvienta que después de oír eso y
volverse hacia él apenas atinó a salir corriendo. Vitó quedó junto a la
cuerda combada de harapos chorreantes y notó que se empezaba a nublar. En
instantes el cielo se puso negro y un rayo cayó partiendo y quemando un
árbol cercano. Después llegó una lluvia fría que le caló los huesos y
finamente reaparecció la asistente que diciendo "la señora dice que
puede pasar" hizo un gesto indicando que la siguiera.
Ingresó a un recinto en penumbras donde lo recibió la bruja. Era de complexión pequeña y estaba doblada sobre sí, como si alguna clase de dolor o padecimiento que muy bien se reflejaba en su cara fea de expresión sufriente la martirizaran obligándola a permanecer en una postura como de reverencia. "-Pase señor y tome asiento- " le dijo. "-Me disculpo por mi asistente que le negó inicialmente la entrada, sucede que me encuentro bastante enferma. Siéntese por favor y dígame que es eso de que no están los atrapasueños. Es por eso que vino ¿verdad?". Vito sostuvo la mano que la vieja le había tendido y luego se sentó en lo que se palpaba como un asiento mullido. Algo desconcertado por verla tan caída apenas le salió incorporarse de un salto y decir -" ¡Señora! ¡No era mi intención molestarla! ¡Puedo volver en otro momento!"- la bruja chasqueó la lengua y sosteniéndose en él mientras lo retenía le dijo: "- Me he agarrado la culebrilla y es... es... ¡ah! no quiero caer en lugares comunes pero mis clientes tenían razón. De hecho nadie se muere de esto así que vayamos a lo nuestro: ¿De verdad desaparecieron los atrapasueños? ¿Todos?" Vito le dijo que así era y le relató cuanto sabía, le habían contado y había visto. La bruja escuchaba sin separar la vista del suelo aunque, por momentos sus puños se crispaban. En otros momentos del relato suspiraba y en otros maldecía por lo bajo. Cuando no tuvo más que decir, Vito calló y se la quedó mirando. Luego de un largo silencio la vieja abrió la boca y habló pausadamente: "-Voy a hacerle unas preguntas y le pido que me responda con sinceridad o le prometo que nunca más se levantará de ese asiento. ¿Por qué siendo usted un forastero ha llegado hasta acá a tratar conmigo el problema de un pueblo que para usted es un pueblo de tantos? y ¿Ha venido hasta mi por ayuda o cree en realidad que soy yo la que tiene los atrapasueños?-" Vito respondió tratando de conservar la sangre fría, lo siguiente: "-Mire señora, inicialmente me involucré porque en el pueblo hay una dama que me gusta y me dio pena el estado en que la he visto-". "-Ah sí, la viuda Robles, gran chica, lo escuché y me apena. Prepara o preparaba una mermelada de moras exquisita y siempre me traía. Gran coleccionista de atrapasueños además porque por cada frasco que me alcanzaba yo le regalaba uno. Continúe.-" Vito agregó: "-Pero también llego por aventura. Mucha de mi mercancía la compro en los puertos de barcos que vienen de zonas remotas y los marineros relatan historias increíbles que un mercachifle como yo jamás podría protagonizar, tenía ganas de venir, conocerla y poder decir que una vez vi a una bruja. En relación a lo otro que me preguntó, la respuesta es que sí, pensamos que usted repartió atrapasueños y luego los retiró y dejó a la gente en ese estado". La bruja lo miró fijamente abrió la boca y con voz chillona y aguda le gritó: "¡¿Y para que querría tener yo, una hechicera retirada de casi quinientos años de edad que las ha pasado todas, un montón de objetos propiedad de tres mil patanes rústicos y mediocres cuya máxima aspiración promedio es tener dos vacas más, un par de hijos o una buena borrachera?! ¡Ustedes son unos ignorantes! ¡Todos son unos ignorantes y yo, yo.... ¡Claro! ¡Como soy la bruja "del pueblo" soy el origen de los males! Bastardos desagradecidos, se merecen lo que les ha pasado y más!" Vito arriesgó a decir: "No sé que piensan los que están como en trance, he hablado por mí, por el sepulturero y por su señora, que son los únicos que expresaron opinión".
No hay comentarios:
Publicar un comentario