sábado, 13 de abril de 2013

SI EL ARREPENTIMIENTO MATARA (continuación V)



      El doctor las recibió en bata de seda y modales de noble florentino. Ya dentro y por lo fabuloso de la decoración a Susi le salió decir: -“Ay Doctor, Usted más que Lorenzo Rodríguez Busto debería llamarse Lorenzo el Magnífico”
     Guiadas por un entusiasta anfitrión recorrieron el bello departamento. Había de todo. No faltaban los cuadros, los vidrios, las esculturas ni la platería. Menos las alfombras persas. Tampoco parecía, pero por escaso margen, una casa de antigüedades. El detalle un poco discordante, la pata de la sota, era que el piso de parquet estaba pulido y plastificado.
     Fueron al balcón que era un pequeño vergel en las alturas. (“Huellas digitales en macetas”, anotó mentalmente Natalia). Fotografiaron mucho. Al entrar nuevamente, el doctor las invitó con un té. A Natalia le resultaba sorprendente la capacidad de preguntar y preguntar de Susi para ir llevando al entrevistado a donde ella quería. Se hallaban sentados en unos amplios y mullidos sillones departiendo cuando de la nada apareció Tomás y se sentó sobre la falda de Natalia y se empezó a refregar contra ella mientras emitía maulliditos.
- Oh, perdón –dijo el doctor – Nabuco es un consentido. Dejá de molestar a la señorita Nabuco... Get out, Naby, get out.
- No es molestia, me encantan los gatos.- exclamó Natalia pensando que tendría olor a gata en celo.
-¡Hermoso animal! Exclamó Susi.- Y lo filmó con el celular.¡Pero qué cariñoso que es...!- Luego tomó la cámara de Natalia y lo fotografió de nuevo –Una foto con Usted Doctor ¿puede ser? ¿Lo tiene desde chiquito? Pero qué mimoso...parece que tuviera claritos.
   El doctor se hallaba completamente entregado a su público y estaba dispuesto a seguir hablando.
-No, la verdad es que lo tengo desde hace poco. Un juicio que gané, con un desalojo de por medio...lamentablemente. Las personas no lo podían tener más y gentilmente me lo cedieron. No hace mucho que está acá. No les voy a mentir –declaraba el doctor al celular como si estuviera dando una conferencia de prensa.
-¿Y con qué lo alimenta?- repreguntó Susi
-De momento con unas grajeas importadas que los propios dueños me proveyeron. Al animal le gustan y me he informado de que son de las mejores...tal vez siga con la misma dieta.
(“Huellas en la bolsa de comida del gato”)
- ¿Y no lo afectó el desarraigo? Al cambio de residencia, me refiero. ¿No le pierde pelo por ejemplo?- continuaba Susi.
-Pero si yo mismo lo cepillo a diario mi querida –respondió el doctor.- La dueña del animal tuvo la gentileza de cederme no sólo la comida sino una manopla, con la cual se acaricia al animalito y se le quitan los pelos. También sus enseres para la comida y la bebida.
(“Huellas por todos lados”)
- Pero que bueno. ¿Y le dieron algo más estos clientes tan...cómo decir... agradecidos?
    El doctor las miró con picardía y se levantó, regresando con un portarretratos de plata labrada que ahora llevaba una foto de él jugando golf.
-Mire qué hermosura: Plata maciza. Era de mi cliente también. Llevaba la foto de ella con una muñeca horrorosa pero preferí ponerle esta que es muy cara para mí.-
-La otra la habrá tirado...-dijo Susi
-Que va, la dejé debajo de esta. Es una pieza muy antigua y quise tocarla lo menos posible.
-Es cierto - dijo Susi Krause – La soldadura puede ser endeble. Hay doctor, qué placer departir con Usted. Nunca tuvimos el gusto de tener a un hombre tan agarrado de las pelotas. ¿Verdad Nati? – Sacó un arma de su cartera y lo apuntó – Esto es un arresto civil. Ya mismo vamos a llamar a la policía y a los medios.¿Qué opina doctor?


    Media hora después seguían sentados en el mismo sitio los tres, aunque ahora los acompañaba Annie que apretaba tiernamente a su gatito mientras el Doctor lloraba.
-Me sedujo y me abandonó – contaba a las mujeres.- Yo tendría que haberlo acompañado en su viaje. Nunca esa yegua. ¡Esa puta de cuarta.¡Se casó al día siguiente  de que le salió el divorcio!-clamaba
- Pero si a mi me dejó este miércoles...-dijo Annie
- A usted le dieron una sentencia con fecha de hace un mes. No entiendo por qué nunca leen los papeles. Bueno, yo tampoco leí el diario oficial. Cuando fuimos a su casa a llevarnos las cosas, este miércoles, el ya estaba casado hacía veinte días. No fue nada personal...Annie, se lo aseguro. El me deslumbró...fue un amor...tan ardiente. Fue todo tan pasional. Fue un cuento de las mil y una noches, le juro
- Y el portarretratos es del tesoro de Alí Baba.-dijo Susi Krause.
- Apenas fue un souvenir. Como cuando te llevás un jaboncito de un hotel. El me dijo ¿Lo querés? Es tuyo. Se suponía que esa noche se vendría para acá pero aún lo espero. Cuando empecé a buscarlo (uno tiene sus contactos) él-y-señora se habían ido del país... ¿Se da cuenta de lo miserable que fue conmigo? ¡Hasta el último momento me usó de cargabultos!
- Rompe el corazón – aportó Natalia.- ¿Qué excusa le dio para divorciarse?
-Que era una mujer neurótica, obsesiva de la limpieza. Que lo dejaba solo. Que no quería nada con él. Que él le había dado todo y ella pedía y pedía. Que lo acosaba y no lo dejaba respirar...
-¿Yo? – Dijo Annie levantando la cabeza – Pero eso no justifica el apuro...Con Usted no se podía casar ¿Por qué tanto apuro por divorciarse?
-Para sacarte del inmueble, nena.-dijo el Doctor - Una estafita que quería hacer con los departamentos. La tía no era tal tía, era una señora sola que le firmó un poder a él para que le administrara los departamentos... pero la gente se muere. Muerta la falsa tía, el poder cae, se acabó el poder. Y la tía murió intestada y sin parientes a la vista...El quería seguir cobrando los alquileres y quería vender el departamento y para eso... bueno inventamos una suerte de estratagema algo compleja de explicar, que exigía que él estuviese divorciado. Una mujer mayor sola, que confió en él. El no fue grato con ella. Al principio la tenía como a una reina. Después la puso en una casa de salud que se pagaba con los alquileres de dos departamentos. Pero al final fue codicioso y quería todo y la metió en un hospicio. La señora falleció de una infección pulmonar y el muy tonto – ahí nos conocimos- vino a preguntar si ese poder servía para algo.
- Ahora...- dijo Susi Krause- vamos a llamar a la policía. Por robo...Vas a ir en cana, vas a ser la novia de unos negritos...todo por unas plantas, un gato, un portarretratos... y un gran amor.(continuaará)

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