jueves, 25 de abril de 2013

- Aprendé de los argentinos: Euros, boluda ¡EUROS!


Si el arrepentimiento matara (continuación VII)



    Annie ingresó en su casa el domingo de pascuas. Lo había hecho con el juego de llaves y le estaban colocando una cerradura nueva más otra de seguridad .No tenía mucho dinero en su haber; la escribana había cobrado bastante, blindar una puerta un domingo era muy caro y por nobleza había repartido su capital entre Susi Krause, Natalia y Juan, a quien vería el lunes. Limpió todo lo que pudo y anotó que necesitaba sábanas toallas y cortinas nuevas. También mantelería Un calefón nuevo, un microondas, un mixer, heladera con freezer, un juego de cacerolas y vajilla completa. Íntimamente tenía la convicción de que nadie reclamaría los departamentos si no se había hecho hasta ahora. El gato estaba atado pues había olido a la blanca en celo.
    Había cosas para realizar. Mucha limpieza. Natalia había ido a devolver la gatita, pero aún había cosas para hacer. Lavaba los azulejos del baño cuando detrás  suyo vio a Juan. No era su día ¿Qué hacía allí?
- ¡Oh! Apareció Tomás, apareció Tomás.- Juan lo levantó y lo agitó en el aire. El gato se dejaba vapulear con total entrega. Todo el mundo anda contando que volviste, yo vine a cuidarte un poco por las dudas. Mi mamá me dijo que viniera. Bueno, el maridito parece que dejó casi todos los muebles, el calefón...
-Dio de baja el teléfono, pero el que lo usaba era él...Si yo no estaba casi nunca.
-Ah...Hablando de eso. Vos estuviste sin celular ayer...
-Sí. Estuve arreglando las cosas. Te cuento todo enseguida. Alcanzame ese cepillito. Tengo plata y un regalo para vos.
-Te vino a buscar la Señora.
-¿Qué? ¿Quién es esa?-Se sorprendió Annie
-La que le compra las cosas a los desesperados.
-Molli se llama. Y es amiga. Muy buena gente. Debe ser porque le dejé quinientos mensajes para que no desvistiera a la muñeca.
-Bueno esa señora buena gente se tomó la molestia de venir dos veces a buscarte. Dijo que quería hablar de algo muy serio con vos.
-Habrá que ir a verla. Pero sola no voy a ir... ¿me acompañás? No. Pensándolo bien voy a tener que molestar a Susi Krause de nuevo.
La llamó y curiosamente Susi Krause  aceptó encantada.


     Esa tarde Doña Molli esperaba en su casa paseándose por el living como una fiera enjaulada. Por un lado le tiraba la codicia, por otro le tiraba su sentimentalismo. Nunca se había visto haciendo algo desinteresado en la vida de los negocios y esta nueva situación la tenía bastante ansiosa y sensible. Para ella los objetos siempre habían sido “mercadería”, dado que ella era una comerciante. Mentiras que era coleccionista, compraba la mercadería barata y la vendía cara. Pero porque era sólo mercancía. Si se hubiere conmovido con todas las historias impregnadas a los objetos que escuchó de la gente que traía cosas para vender estaría muerta o con bocio o con cáncer. Siempre que había seguido esa línea le había ido bien. Y una vez que se había salido de la línea – ahora- porque le tocaron el punto, porque no pudo dejar de enlazar historias, porque esta muñeca venía húmeda, se había metido en un gran problema. Estaba decidida a ser la misma, a enmendarse: Nadie había encañonado a Annie para que le vendiera la muñeca y la muñeca no era sino un objeto de compraventa.
Annie había avisado que iba con una amiga, pero doña Molli no se inmutó.
    Cuando llegaron se alegró de verlas y fingió estar bastante tranquila.
-Te fui a buscar porque necesitarías noticias, nena...Pero no estabas...
- Yo me descuidé porque creí que usted los sábados no trabajaba...-contesto Annie.
- Ayudar a una amiga no es trabajo- repondió doña Molli, y Susi miró para otro lado.
- Pero siéntense chicas. ¿Quieren tomar un té?
- Yo acepto- dijo Susi Krause.
- Ya mismo se los traigo.- La señora las dejó solas y Susi fue a mirar un montón de catálogos y libros que había esparcidos sobre la mesa. La computadora estaba prendida y le echó una mirada. En una mínimo cunita se hallaba la muñeca. Susi Krause la dio vuelta, le levantó la peluca a la altura de la nuca y memorizó lo que había inscripto allí.
Fue de nuevo a los papeles y cuando la señora llegó no le molestó verla pispeando.
-“Está todo en gringo”-le dijo Molli a Susi. Y esta se rió.
Se sentaron y empezaron con el té y unas masitas alemanas deliciosas. Había apfelstrudel también.
-Nena - empezó Molli - ¿cómo es que no se le puede quitar la ropa? Esto es ropita de origen, no lo dudo. Pero mirá como está. Mire Usted señorita como está.
-Si permitiera que la desnudaran estaría matando de nuevo a mi mamá, eso fue lo que me transmitió ella...-respondió obstinadamente Annie.
-Yo quedé pensando... ¿No será que quedó mal cuando atacaron el negocio y ultrajaron a las otras muñecas que había? ¿No será eso? Hay que sacarle la ropita nena, si no, esta muñeca no vale nada...mirá: eso ni es pelo ya...
-Asi como está, algo debe valer -aportó Susi- Si no, usted no sería feliz propietaria del quince por ciento.
-Eso fue simbólico, para que no se tentara de venderla. ¿Pero quién va a tener en la colección una muñeca así?
Susi Krause sintió una sensación de dejá vú. Esto ella ya lo había vivido alguna vez.
-Aquí hay dos cuestiones que van por carriles distintos –aportó Annie- La cuestión de desvestirla que acepto que es un problema terrible que me domina, como el limpiar o el miedo a las ratas y otra es el valor de mercado de la muñeca, Molli. Y qué le parece si empezamos por el valor de mercado porque si no vale nada me la llevo y la dejo sin desvestir hasta que la muerte nos separe.
-Algo vale. Algo vale. Yo busqué, no es una buena muñeca pero tiene su valor.
-¿Y qué querés decir con que no es buena?- preguntó Annie.
- No es una muñeca francesa. Eso te quiero decir.
-Ah...-dijo Susi -¿Y qué es?
-Es una muñequita alemana, discreta. Simpática. La  llamamos Ka y Erre por los fabricantes Kämmer & Reinhardt. Se fabricaron en Walterhausen, Thüringia desde el siglo XIX ponele a partir de 1886.
-¿Y qué le miraron en la nuca?- preguntó Annie.
-La marca, querida, ves :  Mirá: K y R (con la estrella de David en el medio) Abajo está la marca del fabricante de la cabeza: Simón y Halbig. Lo que se dice una muñequita que, en buen estado puede ser...interesante.
- ¿Y esos números?- preguntó Susi.
- Es el molde, el modelo...Esta número 130 no está por ninguna parte. Tiene cara un poco triste...a lo mejor no fue un éxito de ventas como otras...y la retiraron de mercado.


- Molli, más allá de conjeturas vos que sos la que sabe. ¿Qué averiguaste?-dijo Annie.
-Poco, poco. Hay un listado de los precios de casi todas las muñecas Ka y Erre aunque no aparece la 130 y deberíamos calcular entre mil y dos mil...tres mil como mucho pero para las que sonríen y no con cara de tuges como esta. Yo pensaba comprártela en ochocientos... además de lo que ya te dí.
-Acá tenés impresos unos mails con fotos de muñecas muy parecidas a esta... ¿Qué dicen? –dijo Annie
-Este mail es de mi hermano de  California y...dice eso. Lo que les estoy diciendo.
-Se ve linda, limpita...-dijo Susi y tomó el mail – qué parecida ¿no? Como si estuviera haciendo pucheros...Oiga, pero esto no es inglés. ¿En qué le escribe el primo?
-Ah no, el habla muy bien el inglés pero hablamos una especie de alemán judío, cosas de viejos...
-Claro. Cosas de viejos. Si sí. –Dijo Susi Krause.- Hay que resolver esto. ¿Alguien la comprará así sucia?
- Sucia debe valer menos.-dijo Molli
-Entonces hay que convencer a esta mujer de que... ¿Se podrá limpiar vestida y en seco?
-Nena qué estás diciendo...-replicó Molli con impaciencia
-Como amiga, soy partidaria de que las cosas vuelvan a su lugar. Annie ya recuperó su casa y sacó algunos pesos. Te devolvemos la plata, si ella necesita yo que soy amateur y no me interesan estas cosas, le presto y todo a la normalidad. ¿Ciento cincuenta dólares? Acá están... Molli...Ha sido un placer.
-No, no, no. -se sobresaltó Molli-Esa muñeca es mía y mi quince por ciento no se vende.
-¿Cómo que no se vende? Ponele precio a tu quince por ciento. Doscientos dólares. ¿Trescientos? Con trescientos ganás el cien por ciento.- dijo Annie- Esta era de mi mamá, no de la tuya. La muñeca no tiene precio  para mí, no para vos...
-Molli basta de teatro. Este mail de tu primo, en perfecto y clarísimo idish dice que en un remate una Ka y Erre número plín, plín, plín se vendió a ciento sesenta mil dólares. Eso dice el mail que insiste en que es valiosa.
Molli se enojó y le gritó a Annie:-“¡¿Y vos qué me trajiste? ¿A la K.G.B. me trajiste?!”
-Yo la traje porque...
-Molli: ¿Querés tu quince por ciento?- le dijo Susi a Molli –Te ofrezco siete mil Y es mi última oferta.
-No me siento bien...Déjenme pensar.
-Bueno pero esta vez nosotras nos llevamos la muñeca – dijo Annie – Si la vendo te juro que te voy a dar tu porcentaje.
- En el contrato decía claramente que ninguna puede vender la muñeca sin el permiso de la otra. Llevala pero cuidado, que no se te vaya a romper. (Y yo que te la compré por cien dólares...te digo que si el remordimiento matara, me estarían comiendo los gusanos) pero bueno, no miremos para atrás. Shalom. Vayan en taxi, que no se rompa por favor, tomá para el taxi. Envuélvanla bien, cuidado con la cabeza.
-Molli:- Le dijo Susi al irse en la lengua que ambas conocía tan bien.- Sos el perro del hortelano. Dejá de serlo y ganamos todos.(Continuará)

martes, 16 de abril de 2013

SI EL ARREPENTIMIENTO MATARA (Continuación VI)



- Ahora...- dijo Susi Krause- vamos a llamar a la policía. Por robo...Vas a ir en cana, vas a ser la novia de unos negritos...todo por unas plantas, un gato, un portarretratos... y un gran amor.
-Pero él fue quien me llevó. Yo no forcé la entrada...
-En los videos aparecés vos solito –mintió Susi – Y los vecinos te vieron sólo a vos. Y el que está con el cerrajero sos vos... Nadie lo vio a Jorge. ¿Quién te vio con él y con el cerrajero?
-A decir verdad...nadie.  Él estaba un poco alejado porque es alérgico a los pelos de gato y agarrar a Nabuco y meterlo en una bolsa levantó mucho pelo... Sólo al final le di las llaves para que armara las valijas de su señora, pero sobre el final. El volvió y armó las valijas, ahora que me acuerdo y se las llevó al portero. – El Doctor Lorenzo perdió la compostura – ¡¿Cómo puede el amor llevarnos a ser tan pueriles?!. ¿Se acordará de mí aunque sea un poquito?
- Pero... ¡las cosas que hay que oír!-  resopló Natalia.
- ¿Se podría negociar algo? -preguntó Annie a Susi.
- Eso dependerá de la capacidad negociadora del Doctor. Voy a llamar a una amiga que es abogada y escribana y vamos a negociar. Uy cómo vamos a negociar ¿No Doctor? Para empezar ¿Habrá otro juego de llaves del departamento? Estoy segura de que Usted es de los que le piden al cerrajero un jueguito extra.
- ¡Se lo doy ya! - Saltó el Doctor.-¡Yo ya no quiero nada de ese traidor...!
- No, no. Sentadito – terció Natalia – Yo lo busco. Usted diga dónde está y lo buscamos.
- ¿Y yo puedo entrar a mi casa esta noche misma si quiero? – preguntó Annie
- Por lo que entendí vas allí, te metés, llamás a un cerrajero, cambiás la llave y con un dinero que te va a dar acá el Doctor, el lunes vas a blindar la puerta.
- Yo quiero irme a mi casa ahora. – dijo Annie.
- No Annie, vas a tener que quedarte. El Doctor es buen anfitrión y vamos a tratar de que nos dé una manito. ¿Hay algo para comer Doctor? –preguntó Susi Krause.- Acá solitas no nos dejás, Annie. Vos sos pieza fundamental en este asunto. Vamos a desmenuzar hasta el fin la historia. Hoy cada uno sacará sus tajaditas del pobre Jorge. Hasta el Doctor puede sacar algo si colabora.
- En la heladera hay de todo. Esto es virtualmente un secuestro. Les aviso que espero gente. – dijo el Doctor.
-Si. Espera a Jorge, pero Jorge no es gente y no va a venir. Llame a la policía si quiere.-dijo Annie- Y a sus contactos que yo llamo a los medios. Lo voy a colgar de la Intenet por abogado basura. Mi vecina testigo de Jehová quiere llevarlo a la cruz.

 
     


Preguntó la escribana a Annie fuera de sus casillas:
-“¿Usted recibe de la loma del orto una copia de un testamento, que hay que ver si es verdadero, válido y legal, datos de una partida de defunción que podría ser trucha y ya asume que la desheredaron?”- y dirigiéndose al Doctor- “¿No ve que estamos rodeados de pelotudos? ¿Dónde se crió Usted m’hija, ¿en el páis del Nunca Jamás? Y usted, Doctor ¿cómo no le recomendó a su cliente que la pelearan? No estamos hablando de un campito...¡hay muchas hectáreas en juego!”
-Yo no era el abogado de la señora sino del esposo. El me vino con una historia de hechos consumados. “Yo me casé con una heredera, esa heredera fue desheredada a favor de un primo. Me quiero divorciar” Nunca me pidió ayuda para litigar en ese asunto.- Contestó el Doctor con dignidad.
-Típico de los psicopáticos –sentenció Susi –Nunca ven más allá de su gratificación inmediata. A lo mejor se puede anular el testamento y resulta que Annie es una terrateniente.
- Le voy a decir algo que siempre les digo a mis cliente, Annie.-dijo la escribana ya más calma-  Si el señor su tío murió lúcido y si su testamento es válido ¿Para qué se molestarían en hacérselo saber? A una carta fuera de la baraja no se le manda una carta certificada.
- Puede que la tomaran por crédula y esto fuera una forma de radiarla pero puede que la tomaran por rebelde y esto fuera una forma de llamarla. Puede haber sido una broma o una venganza. Puede que su primo haya muerto antes que su tío y puede que entonces usted sea la única heredera. Todo depende de cómo fue redactado el testamento: Una cosa es leer “desheredo a Juan que es negrito y otra desheredo a Juan porque es negrito” – dijo el Doctor.
- ¿Ve? Hay muchas posibilidades a estudiar. A lo mejor es un testamento de fácil impugnación. Un detalle técnico puede impugnarlo. Pero no. Usted de todas las posibilidades eligió la negativa: Me desheredaron. Cuente conmigo si necesita ayuda en eso.
-Yo también quedo a sus órdenes.-acotó el Doctor
-A Usted no le vamos a dejar ni el título…- le gritó la escribana – Apropiador  de mascotas...¡ Miserable!
- Si el arrepentimiento matara...estaría con Paolo y con Francesca-dijo él -Todo fue por amor. Y al gato me lo traje para no dejarlo en el desamparo.
-Le agadezco la sensibilidad.-dijo Annie fríamente.




- En esta tramoya para quedarse con las propiedades hay varias falsificaciones de documento.¿Usted lo amaba o lo quería joder al muchacho Doctor?- preguntó la escribana.
-Yo lo amaba y lo amo...pero tomé mis recaudos por posibles traiciones...Un hombre que deja morir a su protectora, que se divorcia calladamente de su mujer para que sus futuros ingresos sean sólo de él y para sacarla de su casa...hoy es amigo y mañana quién sabe. Filisteo sí, pero no idiota.
- Razonamiento sensato.
  Unas horas después la escribana dio por cerrada la negociación     
-Bueno chicas, quédense tranquilas.-dijo - Todo quedó muy bien documentado, se van a hacer las denuncias pertinentes, se harán publicaciones y mientras los inmuebles no sean reclamados por nadie -que a esta altura no creo- vos vas a poder estar ahí (al igual que tus vecinos) Terminaremos ya con el pago de alquileres y la venta del departamento, si esa plata iba para alguien se joderá, ojalá que se presente a reclamarla...En fin. Pueden mandar en cana al Doctor pero él ofreció una buena suma que prácticamente cubre todo. El disgusto no se paga con nada, eso ya se sabe, pero deberíamos considerar un gesto de buena voluntad que el Doctor nos haya dado los títulos de propiedad de los departamentos que tan hábilmente le sustrajo a Jorge y que hoy no le sirven a él para nada y de paso se los saca de encima. Resumiendo pueden estar tranquilas. Quédense esta noche con el Doctor y mañana a la mañana traen al flete, bajan las plantas, al gato y cuanta cosa el Doctor quiera darles. Annie revise la casa para ver si algún otro objeto es suyo. El dinero, en efectivo, por favor, podríamos cobrarlo ahora. Tengo entendido que hay filmaciones de la casa, su mobiliario, objetos de valor. A lo mejor el Doctor no conserva las boletas de compra de todo... a lo mejor hay mucho souvenir (esa palabra usó ¿verdad?) . Bueno se cuelgan en la Internet y tal vez alguien los reclame o se negocian también esas imágenes con el Doctor...
-Ehh ¿Ustedes saben que Jorge tiene una casa en el bajo que fue de su padre?- saltó él.
-Por mi que se la meta en el culo - dijo Annie
-Bueno pero hay que tomar nota, es importante - continuó él -La Doctora dijo acá que el disgusto no se paga con nada...Annie puede estár en pleno proceso de enfermedad... Hay un posible perjuicio moral
-Es obvio que en ella se está instalando una depresión.-aportó Susi -Después de lo que le hicieron en estos dían puede quedar con estrés post traumático...El marido, la casa, tirarle la muñeca, robarle el gato y las plantas...De acá, a un psiquiatra .Yo no sé si eso no se paga con nada. Natalia guardó bien una nota que había en la aspiradora que apuntaba a desequilibrar a Annie. Todo el mundo la vio mal, peor que nunca. Hubo insomnio y se incrementó el síntoma obsesivo compulsivo. Y hay también ataques de pánico. Da para pelearla.
-Y quedé media tonta, me olvidé de sacar una cosa de la muñeca, borré completamente el portarretratos, ni pensé en las plantas.
-Deterioro propio de una injuria a su equilibrio emocional
-¿ Las cintas, las fotos de mis objetos de decoración? No sean malitas... –intentaba persuadir el doctor- yo podría colaborar un poco para que la señora fuera indemnizada pero...que los trapos sucios se laven en casa. Yo también soy un hombre enfermo...
-¿Qué, me va a decir que es cleptómano?-dijo Natalia.-Déjese de joder.
-Le cambio lo que hay en mi celular por ese florerito que tiene ahí –Dijo Susi Krause.
-Señora, eso es un Gallé. –respondio ofendido el Doctor.
-Si, ya sé.  En casa también había.(Contimuará)

de DenmeN Celuloide: La Plata después de la inundación

Diego Faraone concurrió desde Montevideo a Buenos Aires para estar presente como crítico de cine en el BAFICI. Habiendo llegado unos días antes tuvo oportunidad de visitar la Plata después de las inundaciones y ser testigo presencial de las secuelas de la catástrofe. Me permito recomendar su testimonio porque es muy sentido y vívido.
DenmeN Celuloide: La Plata después de la inundación

sábado, 13 de abril de 2013

SI EL ARREPENTIMIENTO MATARA (continuación V)



      El doctor las recibió en bata de seda y modales de noble florentino. Ya dentro y por lo fabuloso de la decoración a Susi le salió decir: -“Ay Doctor, Usted más que Lorenzo Rodríguez Busto debería llamarse Lorenzo el Magnífico”
     Guiadas por un entusiasta anfitrión recorrieron el bello departamento. Había de todo. No faltaban los cuadros, los vidrios, las esculturas ni la platería. Menos las alfombras persas. Tampoco parecía, pero por escaso margen, una casa de antigüedades. El detalle un poco discordante, la pata de la sota, era que el piso de parquet estaba pulido y plastificado.
     Fueron al balcón que era un pequeño vergel en las alturas. (“Huellas digitales en macetas”, anotó mentalmente Natalia). Fotografiaron mucho. Al entrar nuevamente, el doctor las invitó con un té. A Natalia le resultaba sorprendente la capacidad de preguntar y preguntar de Susi para ir llevando al entrevistado a donde ella quería. Se hallaban sentados en unos amplios y mullidos sillones departiendo cuando de la nada apareció Tomás y se sentó sobre la falda de Natalia y se empezó a refregar contra ella mientras emitía maulliditos.
- Oh, perdón –dijo el doctor – Nabuco es un consentido. Dejá de molestar a la señorita Nabuco... Get out, Naby, get out.
- No es molestia, me encantan los gatos.- exclamó Natalia pensando que tendría olor a gata en celo.
-¡Hermoso animal! Exclamó Susi.- Y lo filmó con el celular.¡Pero qué cariñoso que es...!- Luego tomó la cámara de Natalia y lo fotografió de nuevo –Una foto con Usted Doctor ¿puede ser? ¿Lo tiene desde chiquito? Pero qué mimoso...parece que tuviera claritos.
   El doctor se hallaba completamente entregado a su público y estaba dispuesto a seguir hablando.
-No, la verdad es que lo tengo desde hace poco. Un juicio que gané, con un desalojo de por medio...lamentablemente. Las personas no lo podían tener más y gentilmente me lo cedieron. No hace mucho que está acá. No les voy a mentir –declaraba el doctor al celular como si estuviera dando una conferencia de prensa.
-¿Y con qué lo alimenta?- repreguntó Susi
-De momento con unas grajeas importadas que los propios dueños me proveyeron. Al animal le gustan y me he informado de que son de las mejores...tal vez siga con la misma dieta.
(“Huellas en la bolsa de comida del gato”)
- ¿Y no lo afectó el desarraigo? Al cambio de residencia, me refiero. ¿No le pierde pelo por ejemplo?- continuaba Susi.
-Pero si yo mismo lo cepillo a diario mi querida –respondió el doctor.- La dueña del animal tuvo la gentileza de cederme no sólo la comida sino una manopla, con la cual se acaricia al animalito y se le quitan los pelos. También sus enseres para la comida y la bebida.
(“Huellas por todos lados”)
- Pero que bueno. ¿Y le dieron algo más estos clientes tan...cómo decir... agradecidos?
    El doctor las miró con picardía y se levantó, regresando con un portarretratos de plata labrada que ahora llevaba una foto de él jugando golf.
-Mire qué hermosura: Plata maciza. Era de mi cliente también. Llevaba la foto de ella con una muñeca horrorosa pero preferí ponerle esta que es muy cara para mí.-
-La otra la habrá tirado...-dijo Susi
-Que va, la dejé debajo de esta. Es una pieza muy antigua y quise tocarla lo menos posible.
-Es cierto - dijo Susi Krause – La soldadura puede ser endeble. Hay doctor, qué placer departir con Usted. Nunca tuvimos el gusto de tener a un hombre tan agarrado de las pelotas. ¿Verdad Nati? – Sacó un arma de su cartera y lo apuntó – Esto es un arresto civil. Ya mismo vamos a llamar a la policía y a los medios.¿Qué opina doctor?


    Media hora después seguían sentados en el mismo sitio los tres, aunque ahora los acompañaba Annie que apretaba tiernamente a su gatito mientras el Doctor lloraba.
-Me sedujo y me abandonó – contaba a las mujeres.- Yo tendría que haberlo acompañado en su viaje. Nunca esa yegua. ¡Esa puta de cuarta.¡Se casó al día siguiente  de que le salió el divorcio!-clamaba
- Pero si a mi me dejó este miércoles...-dijo Annie
- A usted le dieron una sentencia con fecha de hace un mes. No entiendo por qué nunca leen los papeles. Bueno, yo tampoco leí el diario oficial. Cuando fuimos a su casa a llevarnos las cosas, este miércoles, el ya estaba casado hacía veinte días. No fue nada personal...Annie, se lo aseguro. El me deslumbró...fue un amor...tan ardiente. Fue todo tan pasional. Fue un cuento de las mil y una noches, le juro
- Y el portarretratos es del tesoro de Alí Baba.-dijo Susi Krause.
- Apenas fue un souvenir. Como cuando te llevás un jaboncito de un hotel. El me dijo ¿Lo querés? Es tuyo. Se suponía que esa noche se vendría para acá pero aún lo espero. Cuando empecé a buscarlo (uno tiene sus contactos) él-y-señora se habían ido del país... ¿Se da cuenta de lo miserable que fue conmigo? ¡Hasta el último momento me usó de cargabultos!
- Rompe el corazón – aportó Natalia.- ¿Qué excusa le dio para divorciarse?
-Que era una mujer neurótica, obsesiva de la limpieza. Que lo dejaba solo. Que no quería nada con él. Que él le había dado todo y ella pedía y pedía. Que lo acosaba y no lo dejaba respirar...
-¿Yo? – Dijo Annie levantando la cabeza – Pero eso no justifica el apuro...Con Usted no se podía casar ¿Por qué tanto apuro por divorciarse?
-Para sacarte del inmueble, nena.-dijo el Doctor - Una estafita que quería hacer con los departamentos. La tía no era tal tía, era una señora sola que le firmó un poder a él para que le administrara los departamentos... pero la gente se muere. Muerta la falsa tía, el poder cae, se acabó el poder. Y la tía murió intestada y sin parientes a la vista...El quería seguir cobrando los alquileres y quería vender el departamento y para eso... bueno inventamos una suerte de estratagema algo compleja de explicar, que exigía que él estuviese divorciado. Una mujer mayor sola, que confió en él. El no fue grato con ella. Al principio la tenía como a una reina. Después la puso en una casa de salud que se pagaba con los alquileres de dos departamentos. Pero al final fue codicioso y quería todo y la metió en un hospicio. La señora falleció de una infección pulmonar y el muy tonto – ahí nos conocimos- vino a preguntar si ese poder servía para algo.
- Ahora...- dijo Susi Krause- vamos a llamar a la policía. Por robo...Vas a ir en cana, vas a ser la novia de unos negritos...todo por unas plantas, un gato, un portarretratos... y un gran amor.(continuaará)