jueves, 25 de abril de 2013
Si el arrepentimiento matara (continuación VII)
Annie ingresó en su casa el
domingo de pascuas. Lo había hecho con el juego de llaves y le estaban
colocando una cerradura nueva más otra de seguridad .No tenía mucho dinero en
su haber; la escribana había cobrado bastante, blindar una puerta un domingo
era muy caro y por nobleza había repartido su capital entre Susi Krause,
Natalia y Juan, a quien vería el lunes. Limpió todo lo que pudo y anotó que
necesitaba sábanas toallas y cortinas nuevas. También mantelería Un calefón
nuevo, un microondas, un mixer, heladera con freezer, un juego de cacerolas y
vajilla completa. Íntimamente tenía la convicción de que nadie reclamaría los
departamentos si no se había hecho hasta ahora. El gato estaba atado pues había
olido a la blanca en celo.
Había cosas para realizar. Mucha limpieza.
Natalia había ido a devolver la gatita, pero aún había cosas para hacer. Lavaba
los azulejos del baño cuando detrás suyo
vio a Juan. No era su día ¿Qué hacía allí?
- ¡Oh! Apareció
Tomás, apareció Tomás.- Juan lo levantó y lo agitó en el aire. El gato se
dejaba vapulear con total entrega. Todo el mundo anda contando que volviste, yo
vine a cuidarte un poco por las dudas. Mi mamá me dijo que viniera. Bueno, el
maridito parece que dejó casi todos los muebles, el calefón...
-Dio de baja el
teléfono, pero el que lo usaba era él...Si yo no estaba casi nunca.
-Ah...Hablando de
eso. Vos estuviste sin celular ayer...
-Sí. Estuve
arreglando las cosas. Te cuento todo enseguida. Alcanzame ese cepillito. Tengo
plata y un regalo para vos.
-Te vino a buscar
la Señora.
-¿Qué? ¿Quién es
esa?-Se sorprendió Annie
-La que le compra
las cosas a los desesperados.
-Molli se llama.
Y es amiga. Muy buena gente. Debe ser porque le dejé quinientos mensajes para
que no desvistiera a la muñeca.
-Bueno esa señora
buena gente se tomó la molestia de venir dos veces a buscarte. Dijo que quería
hablar de algo muy serio con vos.
-Habrá que ir a
verla. Pero sola no voy a ir... ¿me acompañás? No. Pensándolo bien voy a tener
que molestar a Susi Krause de nuevo.
La llamó y
curiosamente Susi Krause aceptó encantada.
Esa tarde Doña Molli esperaba en
su casa paseándose por el living como una fiera enjaulada. Por un lado le
tiraba la codicia, por otro le tiraba su sentimentalismo. Nunca se había visto
haciendo algo desinteresado en la vida de los negocios y esta nueva situación
la tenía bastante ansiosa y sensible. Para ella los objetos siempre habían sido
“mercadería”, dado que ella era una comerciante. Mentiras que era
coleccionista, compraba la mercadería barata y la vendía cara. Pero porque era
sólo mercancía. Si se hubiere conmovido con todas las historias impregnadas a
los objetos que escuchó de la gente que traía cosas para vender estaría muerta
o con bocio o con cáncer. Siempre que había seguido esa línea le había ido
bien. Y una vez que se había salido de la línea – ahora- porque le tocaron el
punto, porque no pudo dejar de enlazar historias, porque esta muñeca venía
húmeda, se había metido en un gran problema. Estaba decidida a ser la misma, a
enmendarse: Nadie había encañonado a Annie para que le vendiera la muñeca y la
muñeca no era sino un objeto de compraventa.
Annie había
avisado que iba con una amiga, pero doña Molli no se inmutó.
Cuando llegaron se alegró de verlas y
fingió estar bastante tranquila.
-Te fui a buscar
porque necesitarías noticias, nena...Pero no estabas...
- Yo me descuidé
porque creí que usted los sábados no trabajaba...-contesto Annie.
- Ayudar a una
amiga no es trabajo- repondió doña Molli, y Susi miró para otro lado.
- Pero siéntense
chicas. ¿Quieren tomar un té?
- Yo acepto- dijo
Susi Krause.
- Ya mismo se los traigo.- La señora las dejó solas y Susi fue a mirar un
montón de catálogos y libros que había esparcidos sobre la mesa. La computadora
estaba prendida y le echó una mirada. En una mínimo cunita se hallaba la
muñeca. Susi Krause la dio vuelta, le levantó la peluca a la altura de la nuca
y memorizó lo que había inscripto allí.
Fue de nuevo a
los papeles y cuando la señora llegó no le molestó verla pispeando.
-“Está todo en
gringo”-le dijo Molli a Susi. Y esta se rió.
Se sentaron y
empezaron con el té y unas masitas alemanas deliciosas. Había apfelstrudel
también.
-Nena - empezó
Molli - ¿cómo es que no se le puede quitar la ropa? Esto es ropita de origen,
no lo dudo. Pero mirá como está. Mire Usted señorita como está.
-Si permitiera
que la desnudaran estaría matando de nuevo a mi mamá, eso fue lo que me
transmitió ella...-respondió obstinadamente Annie.
-Yo quedé
pensando... ¿No será que quedó mal cuando atacaron el negocio y ultrajaron a
las otras muñecas que había? ¿No será eso? Hay que sacarle la ropita nena, si
no, esta muñeca no vale nada...mirá: eso ni es pelo ya...
-Asi como está,
algo debe valer -aportó Susi- Si no, usted no sería feliz propietaria del
quince por ciento.
-Eso fue
simbólico, para que no se tentara de venderla. ¿Pero quién va a tener en la
colección una muñeca así?
Susi Krause
sintió una sensación de dejá vú. Esto ella ya lo había vivido alguna vez.
-Aquí hay dos cuestiones que van por carriles distintos –aportó Annie- La
cuestión de desvestirla que acepto que es un problema terrible que me domina,
como el limpiar o el miedo a las ratas y otra es el valor de mercado de la
muñeca, Molli. Y qué le parece si empezamos por el valor de mercado porque si
no vale nada me la llevo y la dejo sin desvestir hasta que la muerte nos
separe.
-Algo vale. Algo
vale. Yo busqué, no es una buena muñeca pero tiene su valor.
-¿Y qué querés
decir con que no es buena?- preguntó Annie.
- No es una
muñeca francesa. Eso te quiero decir.
-Ah...-dijo Susi
-¿Y qué es?
-Es una muñequita
alemana, discreta. Simpática. La
llamamos Ka y Erre por los fabricantes Kämmer & Reinhardt. Se
fabricaron en Walterhausen, Thüringia desde el siglo XIX ponele a partir de
1886.
-¿Y qué le
miraron en la nuca?- preguntó Annie.
-La marca, querida,
ves : Mirá: K y R (con la estrella de
David en el medio) Abajo está la marca del fabricante de la cabeza: Simón y
Halbig. Lo que se dice una muñequita que, en buen estado puede
ser...interesante.
- ¿Y esos
números?- preguntó Susi.
- Es el molde, el
modelo...Esta número 130 no está por ninguna parte. Tiene cara un poco
triste...a lo mejor no fue un éxito de ventas como otras...y la retiraron de
mercado.
- Molli, más allá
de conjeturas vos que sos la que sabe. ¿Qué averiguaste?-dijo Annie.
-Poco, poco. Hay un listado de los precios de casi todas las muñecas Ka y
Erre aunque no aparece la 130 y deberíamos calcular entre mil y dos mil...tres
mil como mucho pero para las que sonríen y no con cara de tuges como esta. Yo
pensaba comprártela en ochocientos... además de lo que ya te dí.
-Acá tenés
impresos unos mails con fotos de muñecas muy parecidas a esta... ¿Qué dicen?
–dijo Annie
-Este mail es de
mi hermano de California y...dice eso.
Lo que les estoy diciendo.
-Se ve linda,
limpita...-dijo Susi y tomó el mail – qué parecida ¿no? Como si estuviera
haciendo pucheros...Oiga, pero esto no es inglés. ¿En qué le escribe el primo?
-Ah no, el habla
muy bien el inglés pero hablamos una especie de alemán judío, cosas de
viejos...
-Claro. Cosas de
viejos. Si sí. –Dijo Susi Krause.- Hay que resolver esto. ¿Alguien la comprará
así sucia?
- Sucia debe
valer menos.-dijo Molli
-Entonces hay que
convencer a esta mujer de que... ¿Se podrá limpiar vestida y en seco?
-Nena qué estás
diciendo...-replicó Molli con impaciencia
-Como amiga, soy partidaria de que las cosas vuelvan a su lugar. Annie ya
recuperó su casa y sacó algunos pesos. Te devolvemos la plata, si ella necesita
yo que soy amateur y no me interesan estas cosas, le presto y todo a la
normalidad. ¿Ciento cincuenta dólares? Acá están... Molli...Ha sido un placer.
-No, no, no. -se sobresaltó
Molli-Esa muñeca es mía y mi quince por ciento no se vende.
-¿Cómo que no se
vende? Ponele precio a tu quince por ciento. Doscientos dólares. ¿Trescientos?
Con trescientos ganás el cien por ciento.- dijo Annie- Esta era de mi mamá, no
de la tuya. La muñeca no tiene precio
para mí, no para vos...
-Molli basta de
teatro. Este mail de tu primo, en perfecto y clarísimo idish dice que en un
remate una Ka y Erre número plín, plín, plín se vendió a ciento sesenta mil
dólares. Eso dice el mail que insiste en que es valiosa.
Molli se enojó y
le gritó a Annie:-“¡¿Y vos qué me trajiste? ¿A la K.G.B. me trajiste?!”
-Yo la traje
porque...
-Molli: ¿Querés
tu quince por ciento?- le dijo Susi a Molli –Te ofrezco siete mil Y es mi
última oferta.
-No me siento
bien...Déjenme pensar.
-Bueno pero esta
vez nosotras nos llevamos la muñeca – dijo Annie – Si la vendo te juro que te
voy a dar tu porcentaje.
- En el contrato
decía claramente que ninguna puede vender la muñeca sin el permiso de la otra.
Llevala pero cuidado, que no se te vaya a romper. (Y yo que te la compré por
cien dólares...te digo que si el remordimiento matara, me estarían comiendo los
gusanos) pero bueno, no miremos para atrás. Shalom. Vayan en taxi, que no se
rompa por favor, tomá para el taxi. Envuélvanla bien, cuidado con la cabeza.
-Molli:- Le dijo
Susi al irse en la lengua que ambas conocía tan bien.- Sos el perro del
hortelano. Dejá de serlo y ganamos todos.(Continuará)
martes, 16 de abril de 2013
SI EL ARREPENTIMIENTO MATARA (Continuación VI)
- Ahora...- dijo
Susi Krause- vamos a llamar a la policía. Por robo...Vas a ir en cana, vas a
ser la novia de unos negritos...todo por unas plantas, un gato, un
portarretratos... y un gran amor.
-Pero él fue
quien me llevó. Yo no forcé la entrada...
-En los videos
aparecés vos solito –mintió Susi – Y los vecinos te vieron sólo a vos. Y el que
está con el cerrajero sos vos... Nadie lo vio a Jorge. ¿Quién te vio con él y
con el cerrajero?
-A decir
verdad...nadie. Él estaba un poco
alejado porque es alérgico a los pelos de gato y agarrar a Nabuco y meterlo en
una bolsa levantó mucho pelo... Sólo al final le di las llaves para que armara
las valijas de su señora, pero sobre el final. El volvió y armó las valijas,
ahora que me acuerdo y se las llevó al portero. – El Doctor Lorenzo perdió la
compostura – ¡¿Cómo puede el amor llevarnos a ser tan pueriles?!. ¿Se acordará
de mí aunque sea un poquito?
- Pero... ¡las
cosas que hay que oír!- resopló Natalia.
- ¿Se podría
negociar algo? -preguntó Annie a Susi.
- Eso dependerá
de la capacidad negociadora del Doctor. Voy a llamar a una amiga que es abogada
y escribana y vamos a negociar. Uy cómo vamos a negociar ¿No Doctor? Para
empezar ¿Habrá otro juego de llaves del departamento? Estoy segura de que Usted
es de los que le piden al cerrajero un jueguito extra.
- ¡Se lo doy ya!
- Saltó el Doctor.-¡Yo ya no quiero nada de ese traidor...!
- No, no.
Sentadito – terció Natalia – Yo lo busco. Usted diga dónde está y lo buscamos.
- ¿Y yo puedo
entrar a mi casa esta noche misma si quiero? – preguntó Annie
- Por lo que
entendí vas allí, te metés, llamás a un cerrajero, cambiás la llave y con un
dinero que te va a dar acá el Doctor, el lunes vas a blindar la puerta.
- Yo quiero irme
a mi casa ahora. – dijo Annie.
- No Annie, vas a
tener que quedarte. El Doctor es buen anfitrión y vamos a tratar de que nos dé
una manito. ¿Hay algo para comer Doctor? –preguntó Susi Krause.- Acá solitas no
nos dejás, Annie. Vos sos pieza fundamental en este asunto. Vamos a desmenuzar
hasta el fin la historia. Hoy cada uno sacará sus tajaditas del pobre Jorge.
Hasta el Doctor puede sacar algo si colabora.
- En la heladera
hay de todo. Esto es virtualmente un secuestro. Les aviso que espero gente. –
dijo el Doctor.
-Si. Espera a
Jorge, pero Jorge no es gente y no va a venir. Llame a la policía si
quiere.-dijo Annie- Y a sus contactos que yo llamo a los medios. Lo voy a
colgar de la Intenet por abogado basura. Mi vecina testigo de Jehová quiere
llevarlo a la cruz.
Preguntó la
escribana a Annie fuera de sus casillas:
-“¿Usted recibe
de la loma del orto una copia de un testamento, que hay que ver si es
verdadero, válido y legal, datos de una partida de defunción que podría ser
trucha y ya asume que la desheredaron?”- y dirigiéndose al Doctor- “¿No ve que
estamos rodeados de pelotudos? ¿Dónde se crió Usted m’hija, ¿en el páis del Nunca Jamás?
Y usted, Doctor ¿cómo no le recomendó a su cliente que la pelearan? No estamos
hablando de un campito...¡hay muchas hectáreas en juego!”
-Yo no era el
abogado de la señora sino del esposo. El me vino con una historia de hechos
consumados. “Yo me casé con una heredera, esa heredera fue desheredada a favor
de un primo. Me quiero divorciar” Nunca me pidió ayuda para litigar en ese
asunto.- Contestó el Doctor con dignidad.
-Típico de los
psicopáticos –sentenció Susi –Nunca ven más allá de su gratificación inmediata.
A lo mejor se puede anular el testamento y resulta que Annie es una
terrateniente.
- Le voy a decir
algo que siempre les digo a mis cliente, Annie.-dijo la escribana ya más
calma- Si el señor su tío murió lúcido y
si su testamento es válido ¿Para qué se molestarían en hacérselo saber? A una
carta fuera de la baraja no se le manda una carta certificada.
- Puede que la
tomaran por crédula y esto fuera una forma de radiarla pero puede que la
tomaran por rebelde y esto fuera una forma de llamarla. Puede haber sido una
broma o una venganza. Puede que su primo haya muerto antes que su tío y puede
que entonces usted sea la única heredera. Todo depende de cómo fue redactado el
testamento: Una cosa es leer “desheredo a Juan que es negrito y otra desheredo
a Juan porque es negrito” – dijo el Doctor.
- ¿Ve? Hay muchas
posibilidades a estudiar. A lo mejor es un testamento de fácil impugnación. Un
detalle técnico puede impugnarlo. Pero no. Usted de todas las posibilidades
eligió la negativa: Me desheredaron. Cuente conmigo si necesita ayuda en eso.
-Yo también quedo
a sus órdenes.-acotó el Doctor
-A Usted no le
vamos a dejar ni el título…- le gritó la escribana – Apropiador de mascotas...¡ Miserable!
- Si el
arrepentimiento matara...estaría con Paolo y con Francesca-dijo él -Todo fue
por amor. Y al gato me lo traje para no dejarlo en el desamparo.
-Le agadezco la
sensibilidad.-dijo Annie fríamente.
- En esta tramoya
para quedarse con las propiedades hay varias falsificaciones de
documento.¿Usted lo amaba o lo quería joder al muchacho Doctor?- preguntó la
escribana.
-Yo lo amaba y lo
amo...pero tomé mis recaudos por posibles traiciones...Un hombre que deja morir
a su protectora, que se divorcia calladamente de su mujer para que sus futuros
ingresos sean sólo de él y para sacarla de su casa...hoy es amigo y mañana
quién sabe. Filisteo sí, pero no idiota.
- Razonamiento
sensato.
Unas horas después la escribana dio por
cerrada la negociación
-Bueno chicas,
quédense tranquilas.-dijo - Todo quedó muy bien documentado, se van a hacer las
denuncias pertinentes, se harán publicaciones y mientras los inmuebles no sean
reclamados por nadie -que a esta altura no creo- vos vas a poder estar ahí (al
igual que tus vecinos) Terminaremos ya con el pago de alquileres y la venta del
departamento, si esa plata iba para alguien se joderá, ojalá que se presente a
reclamarla...En fin. Pueden mandar en cana al Doctor pero él ofreció una buena
suma que prácticamente cubre todo. El disgusto no se paga con nada, eso ya se
sabe, pero deberíamos considerar un gesto de buena voluntad que el Doctor nos
haya dado los títulos de propiedad de los departamentos que tan hábilmente le
sustrajo a Jorge y que hoy no le sirven a él para nada y de paso se los saca de
encima. Resumiendo pueden estar tranquilas. Quédense esta noche con el Doctor y
mañana a la mañana traen al flete, bajan las plantas, al gato y cuanta cosa el
Doctor quiera darles. Annie revise la casa para ver si algún otro objeto es
suyo. El dinero, en efectivo, por favor, podríamos cobrarlo ahora. Tengo
entendido que hay filmaciones de la casa, su mobiliario, objetos de valor. A lo
mejor el Doctor no conserva las boletas de compra de todo... a lo mejor hay
mucho souvenir (esa palabra usó ¿verdad?) . Bueno se cuelgan en la Internet y
tal vez alguien los reclame o se negocian también esas imágenes con el
Doctor...
-Ehh ¿Ustedes
saben que Jorge tiene una casa en el bajo que fue de su padre?- saltó él.
-Por mi que se la
meta en el culo - dijo Annie
-Bueno pero hay
que tomar nota, es importante - continuó él -La Doctora dijo acá que el
disgusto no se paga con nada...Annie puede estár en pleno proceso de
enfermedad... Hay un posible perjuicio moral
-Es obvio que en
ella se está instalando una depresión.-aportó Susi -Después de lo que le
hicieron en estos dían puede quedar con estrés post traumático...El marido, la
casa, tirarle la muñeca, robarle el gato y las plantas...De acá, a un psiquiatra .Yo no sé si eso no se paga con nada. Natalia guardó bien una nota que
había en la aspiradora que apuntaba a desequilibrar a Annie. Todo el mundo la
vio mal, peor que nunca. Hubo insomnio y se incrementó el síntoma obsesivo
compulsivo. Y hay también ataques de pánico. Da para pelearla.
-Y quedé media
tonta, me olvidé de sacar una cosa de la muñeca, borré completamente el
portarretratos, ni pensé en las plantas.
-Deterioro propio
de una injuria a su equilibrio emocional
-¿ Las cintas,
las fotos de mis objetos de decoración? No sean malitas... –intentaba persuadir
el doctor- yo podría colaborar un poco para que la señora fuera indemnizada
pero...que los trapos sucios se laven en casa. Yo también soy un hombre
enfermo...
-¿Qué, me va a
decir que es cleptómano?-dijo Natalia.-Déjese de joder.
-Le cambio lo que
hay en mi celular por ese florerito que tiene ahí –Dijo Susi Krause.
-Señora, eso es
un Gallé. –respondio ofendido el Doctor.
-Si, ya sé. En casa también había.(Contimuará)
de DenmeN Celuloide: La Plata después de la inundación
Diego Faraone concurrió desde Montevideo a Buenos Aires para estar presente como crítico de cine en el BAFICI. Habiendo llegado unos días antes tuvo oportunidad de visitar la Plata después de las inundaciones y ser testigo presencial de las secuelas de la catástrofe. Me permito recomendar su testimonio porque es muy sentido y vívido.
DenmeN Celuloide: La Plata después de la inundación
DenmeN Celuloide: La Plata después de la inundación
sábado, 13 de abril de 2013
SI EL ARREPENTIMIENTO MATARA (continuación V)
El doctor las recibió en bata de seda y
modales de noble florentino. Ya dentro y por lo fabuloso de la decoración a
Susi le salió decir: -“Ay Doctor, Usted más que Lorenzo Rodríguez Busto debería
llamarse Lorenzo el Magnífico”
Guiadas por un entusiasta anfitrión
recorrieron el bello departamento. Había de todo. No faltaban los cuadros, los
vidrios, las esculturas ni la platería. Menos las alfombras persas. Tampoco
parecía, pero por escaso margen, una casa de antigüedades. El detalle un poco
discordante, la pata de la sota, era que el piso de parquet estaba pulido y
plastificado.
Fueron al balcón que era un pequeño vergel
en las alturas. (“Huellas digitales en macetas”, anotó mentalmente Natalia).
Fotografiaron mucho. Al entrar nuevamente, el doctor las invitó con un té. A
Natalia le resultaba sorprendente la capacidad de preguntar y preguntar de Susi
para ir llevando al entrevistado a donde ella quería. Se hallaban sentados en
unos amplios y mullidos sillones departiendo cuando de la nada apareció Tomás y
se sentó sobre la falda de Natalia y se empezó a refregar contra ella mientras
emitía maulliditos.
- Oh, perdón
–dijo el doctor – Nabuco es un consentido. Dejá de molestar a la señorita
Nabuco... Get out, Naby, get out.
- No es molestia,
me encantan los gatos.- exclamó Natalia pensando que tendría olor a gata en
celo.
-¡Hermoso animal!
Exclamó Susi.- Y lo filmó con el celular.¡Pero qué cariñoso que es...!- Luego
tomó la cámara de Natalia y lo fotografió de nuevo –Una foto con Usted Doctor
¿puede ser? ¿Lo tiene desde chiquito? Pero qué mimoso...parece que tuviera
claritos.
El doctor se hallaba completamente entregado
a su público y estaba dispuesto a seguir hablando.
-No, la verdad es
que lo tengo desde hace poco. Un juicio que gané, con un desalojo de por
medio...lamentablemente. Las personas no lo podían tener más y gentilmente me
lo cedieron. No hace mucho que está acá. No les voy a mentir –declaraba el
doctor al celular como si estuviera dando una conferencia de prensa.
-¿Y con qué lo
alimenta?- repreguntó Susi
-De momento con
unas grajeas importadas que los propios dueños me proveyeron. Al animal le
gustan y me he informado de que son de las mejores...tal vez siga con la misma
dieta.
(“Huellas en la
bolsa de comida del gato”)
- ¿Y no lo afectó
el desarraigo? Al cambio de residencia, me refiero. ¿No le pierde pelo por
ejemplo?- continuaba Susi.
-Pero si yo mismo
lo cepillo a diario mi querida –respondió el doctor.- La dueña del animal tuvo
la gentileza de cederme no sólo la comida sino una manopla, con la cual se
acaricia al animalito y se le quitan los pelos. También sus enseres para la
comida y la bebida.
(“Huellas por
todos lados”)
- Pero que bueno.
¿Y le dieron algo más estos clientes tan...cómo decir... agradecidos?
El doctor las miró con picardía y se
levantó, regresando con un portarretratos de plata labrada que ahora llevaba
una foto de él jugando golf.
-Mire qué
hermosura: Plata maciza. Era de mi cliente también. Llevaba la foto de ella con
una muñeca horrorosa pero preferí ponerle esta que es muy cara para mí.-
-La otra la habrá
tirado...-dijo Susi
-Que va, la dejé
debajo de esta. Es una pieza muy antigua y quise tocarla lo menos posible.
-Es cierto - dijo
Susi Krause – La soldadura puede ser endeble. Hay doctor, qué placer departir
con Usted. Nunca tuvimos el gusto de tener a un hombre tan agarrado de las
pelotas. ¿Verdad Nati? – Sacó un arma de su cartera y lo apuntó – Esto es un
arresto civil. Ya mismo vamos a llamar a la policía y a los medios.¿Qué opina
doctor?
Media hora después seguían sentados en el
mismo sitio los tres, aunque ahora los acompañaba Annie que apretaba
tiernamente a su gatito mientras el Doctor lloraba.
-Me sedujo y me
abandonó – contaba a las mujeres.- Yo tendría que haberlo acompañado en su
viaje. Nunca esa yegua. ¡Esa puta de cuarta.¡Se casó al día siguiente de que le salió el divorcio!-clamaba
- Pero si a mi me
dejó este miércoles...-dijo Annie
- A usted le
dieron una sentencia con fecha de hace un mes. No entiendo por qué nunca leen
los papeles. Bueno, yo tampoco leí el diario oficial. Cuando fuimos a su casa a
llevarnos las cosas, este miércoles, el ya estaba casado hacía veinte días. No
fue nada personal...Annie, se lo aseguro. El me deslumbró...fue un amor...tan
ardiente. Fue todo tan pasional. Fue un cuento de las mil y una noches, le juro
- Y el
portarretratos es del tesoro de Alí Baba.-dijo Susi Krause.
- Apenas fue un
souvenir. Como cuando te llevás un jaboncito de un hotel. El me dijo ¿Lo
querés? Es tuyo. Se suponía que esa noche se vendría para acá pero aún lo
espero. Cuando empecé a buscarlo (uno tiene sus contactos) él-y-señora se
habían ido del país... ¿Se da cuenta de lo miserable que fue conmigo? ¡Hasta el
último momento me usó de cargabultos!
- Rompe el
corazón – aportó Natalia.- ¿Qué excusa le dio para divorciarse?
-Que era una
mujer neurótica, obsesiva de la limpieza. Que lo dejaba solo. Que no quería
nada con él. Que él le había dado todo y ella pedía y pedía. Que lo acosaba y
no lo dejaba respirar...
-¿Yo? – Dijo
Annie levantando la cabeza – Pero eso no justifica el apuro...Con Usted no se
podía casar ¿Por qué tanto apuro por divorciarse?
-Para sacarte del
inmueble, nena.-dijo el Doctor - Una estafita que quería hacer con los
departamentos. La tía no era tal tía, era una señora sola que le firmó un poder
a él para que le administrara los departamentos... pero la gente se muere.
Muerta la falsa tía, el poder cae, se acabó el poder. Y la tía murió intestada
y sin parientes a la vista...El quería seguir cobrando los alquileres y quería
vender el departamento y para eso... bueno inventamos una suerte de estratagema
algo compleja de explicar, que exigía que él estuviese divorciado. Una mujer
mayor sola, que confió en él. El no fue grato con ella. Al principio la tenía
como a una reina. Después la puso en una casa de salud que se pagaba con los
alquileres de dos departamentos. Pero al final fue codicioso y quería todo y la
metió en un hospicio. La señora falleció de una infección pulmonar y el muy
tonto – ahí nos conocimos- vino a preguntar si ese poder servía para algo.
- Ahora...- dijo
Susi Krause- vamos a llamar a la policía. Por robo...Vas a ir en cana, vas a
ser la novia de unos negritos...todo por unas plantas, un gato, un
portarretratos... y un gran amor.(continuaará)
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