martes, 28 de mayo de 2013

ESAS VIEJAS DE LOS GATOS (Continuación 5)



   Dos empleados de la empresa Cablecanal que andaban por los techos la vieron y se quedaron duros.

 -"Las manos arriba y bieen quietitos"- dijo fuerte y firme

- “¡Tranquilicesé señora! ¿No ve que estamos colocando una antena?”.

- “¡Por favor, señora...ya nos vamos...no nos apunte con... eso!”

- “¡Debimos avisarle señora, mire, aquí está el papel, estas son nuestras credenciales, estamos desarmados!”

- “¡Quietos y a sacarse la ropa muuy despacio!”- les ordenó ella.

Se sacaron los uniformes y no había armas. Se sacaron las remeras. Se sacaron los pantalones y finalmente se sacaron los calzoncillos. Estaban desnudos con los brazos en alto en la medianera. Sus únicas armas, pinzas y destornilladores. 
   A sus espaldas apareció una vecina conocida. Traía un revolver grande en una mano y dos celulares en la otra. Mientras Carmen no dejaba de apuntar la vecina revisó todo el predio, se subió al techo se puso junto a los jóvenes y escudriñó todo lo que traían.

- “Me parece que fue una falsa alarma... Bueno muchachos, aprendan... Avisen a la gente antes de andar por los techos. ¿Estás bien Malena? “

Los empleados desaparecieron.

La vecina aquella, la histérica que le pegó con el caño de plástico al gato Gaspar, la que se puso a las órdenes, la que estaba llena de culpa y daba gracias porque no hubiera sido ella, habló por uno de los celulares que traía abierto.

- “Aborten” -dijo – “Falsa alarma. Aborten. Besito. Chau.”- y cortó.

- “Movilizaste a toda la caballería mami.” -dijo metiéndose el revolver en la cintura.

Desde detrás del tapabocas Carmencita le dijo sí, sí, sí y la abrazó efusivamente. No necesitaba fingir. La voz se le había quebrado.  -

-“Dejé un paciente en el consultorio.”

-“Y yo dejé una partida de rummy. Tranquila mamita, fue falsa alarma.”



    María del Carmen volvió con el adolescente no sin antes darles su caviar a las gatas.Ni el nombre de la vecina sabía.

Rato después llegó un camión de Cablecanal y un señor que dijo ser supervisor pidió mil disculpas por la invasión de predio.

Cerró la consulta y fue a escudriñar en los celulares de Guity y Gretchen.

Uno de ellos, el de la gata joven y la pistola siete sesenta y cinco, tenía un número y un nombre: Alerta Amarillo. El otro, el de la nueve milímetros y la gata vieja tenía otro número y otro código: Alerta Naranja. "Tipo: Llamame sólo si estás en peligro inminente".¡Menos mal que no había llamado!¿Y el alerta rojo, el "estoy bajo fuego"? ¿Dónde estaría? Revisó debajo de todos los almohadones de los gatos pero no había ni más celulares ni más armas.



   Esa noche el cielo se puso oscuro y el calor se hizo insoportable pero cayeron unas gotas y despejó. María del Carmen temía que en algún sitio alguien la necesitara alguna vez a Chloe, lo que es decir a ella y que ella no pudiera y no supiera contestar el mensaje, pero en seguida se enojó consigo misma. Chloe desde el más allá la estaba involucrando y la estaba vinculando y ella quería la plata de Chloe para poder recuperar su vida.



   "Malena. La que canta el tango como ninguna”-cavilaba María del Carmen-“Así me llamó el jefe de ventas de la veterinaria, pero yo pensé que...bah. O sea que el tipo también está en el mojo. Le debo una a esta mujer. Los gatos avisaron por la presencia de extraños, podían ser los enemigos de Chloe pero podía ser también mi marido, y esa gente vino a ayudar. ("Movilizaste a toda la caballería mami") Evidentemente Chloe era alguna persona importante en esta red de protección en la que yo estoy incrustada. Yo no tengo a quien llamar, nunca me dieron esto de los celulares. Viví de cueva en cueva hasta que me adoptó Chloe pero nunca me contaron nada, es más, nunca me hablaron de nada Chloe me ocultó a mí todo el tiempo pero me ocultó cosas de ella a mí. ¿Una sobreviviente? ¿Y cómo puedo estar segura? A lo mejor es otra red clandestina y no la de las mujeres maltratadas y marcadas para morir. Pueden ser traficantes, terroristas, mafiosos en retiro...Pero Chloe sabía que yo estaba marcada, eso sí se lo dijeron, de eso me acuerdo...y me recibió.  Que complicado es todo esto. ¿Y quiénes pueden estar dentro de la organización "no gubernamental" esta? (estoy un poco loca, estoy nerviosa) La vecina que ahora sé que se llama Matilde y que hace páginas Web en su casa, el Director de ventas de Best Friend's Vet (un bombonazo, sabe, tiene que saber porque me llamó Malena)  tal vez todos los del celular Yomisma o tal vez not. Parece que la vecina Matilde tiene dos gatos más ¿estará en los mismos asuntos que Chloe? De todas maneras no me importa, aunque me debe importar. Mi suerte es funesta. Vengo a ocupar el sitio de una vieja (no tan vieja) loca... y... ni es vieja ni es loca ni es enferma de la cabeza ni es sola y lleva encima una vida complicadísima. Ingenua de mí, principiante, tontita....Y yo que la corté en pedacitos... Esta gente me va a matar. Hagamos algo: Yo encuentro la plata que necesito para recuperar mi vida, recupero mi vida, recupero mi vida y después me entrego. O me voy. Esta gente no merece a alguien rastrero como yo que está sabiendo cosas que no debería saber."





    Otra madrugada fresca para hacer cosas en un día de calor insoportable. Los gatos no estaban bien, estaban tirados. Tranquilos ¿Estarían sabiendo del final de Chloe? El día anterior había hecho un pedido al supermercado como ella misma y había ido al cajero como ella misma y había pagado cuentas como ella misma y se imponía cocinar un poco.

    Había revisado todo en busca de documentos tales como resúmenes de cuenta bancarios, títulos de propiedad, o por lo menos débitos de las tarjetas de crédito y no había hallado nada. Chloe llevaba un sencillo sistema de contabilidad del consultorio con cinco columnas tontas: Fecha, concepto, entrada, concepto, salida y observaciones. Tenía la tarjeta del cajero con un límite bastante magro de lo que se podía sacar por día. También lo anotaba en "Entradas" como "cajero" y se limitaba a anotar todo lo que circulaba como dinero visible.

    Eran las cinco de la mañana y se escuchaba el sonido de los primeros ómnibus. Tocaba lavar sábanas y una de las túnicas y ropa blanca de toda clase. María del Carmen se hallaba en esos quehaceres cundo vio que uno de los gatos jugaba con un objeto duro. "Estos mataron otra cucaracha, que asco", pensó. Era Günter, un gatito joven a quien se le había desprendido del collar una cápsula metálica que todos llevaban pendiendo del mismo y dentro de la cual, se hallaba un papel con los datos del gato por si éste se perdía. María del Carmen recogió la cápsula y la abrió, desenrrolló el papel y efectivamente estaba el nombre de Chloe y el teléfono del consultorio con la aclaración: "Se gratificará". Si habría llamado gente en estos años por eso... Enganchó nuevamente la identificación en el collar de Günter y recordó la ceja y los bigotes que había encontrado dentro del secador de pelo. Si hubiera encontrado plata... Evidentemente un caño estaba bueno para meter plata enrollada dentro de él y en esa casa no faltaban. Estaba el antecedente del secador de pelo. Sería cuestión de buscar por esos lados. Ya que se hallaba en el baño pensó en el caño de la cortina, se sentó en el vater y empezó a mirarlo. Pensó en ese caño porque en la casa no había cortina de baño, y así como por el pelo corto de Chloe el secador de pelo era ocioso, por la falta de una cortina de baño el caño de la cortina también era ocioso.

      María del Carmen nunca se había sentado a observar el baño y su vista vagaba por todos lados. Era un baño común, con una pileta, un bidet, un vater, una ventanita con mosquera, y un cubículo para bañarse con caño en ángulo recto. La puerta era una puerta con vidrio arriba, lo que permitía percibir desde afuera si estaba ocupado o no.

     El sitio tenía aspecto de piscina, de piscina de material como la de los clubes pero de una altura de medio metro.

     Necesitaría alguna herramienta para sacar ese caño. Terrible espejo tenía Chloe. Debajo de la pileta con mesada de mármol había un armarito en el cual se guardaban productos de limpieza, papel higiénico, cosas de tocador. Ella pensó que en tal armarito podría haber algún compartimiento secreto. Que podría haberlo detrás del espejo también. Pero se hallaba concentrada en el caño. Cuanto más pensaba en el caño y en lo que podía contener el caño más crecía en su mente que ese baño más que un baño era un búnker por el tipo de cerradura de la puerta. A simple vista se trancaba desde dentro pero... la tranca no era simple de una vuelta sino de dos. Con la puerta abierta trancó dos veces y comprobó que muchos dientes salían hacia afuera. Era una puerta indudablemente blindada y el vidrio de arriba era indudablemente blindado.    No quería destruír el baño pero se puso a investigar un poco. Si la puerta estaba blindada la ventanita o tragaluz debería ser un posible escape o estar en condiciones de ser blindada también.

     La lavadora podría albergar también algún secreto. La plata tendría que estar allí, evidentemente porque si te escapás de una casa por la ventana del baño es para no volver y quien se va se lleva documentos, dinero...eso. Allí debería estar todo. Puso manos a la obra.

   Le dio por meterse en la mini piscina de un metro cuadrado. Desde allí miró al caño, estaba muy bien empotrado. ¿Bien empotrado?  Bien empotrados estaban los caños que sostenían al caño que se podía quitar levantándolo simplemente desde dentro de la piscina. Lo sacó y metió mano dentro: Vacío en apariencia, qué chasco. Sopló fuerte dentro de él y el aire fluyo de un extremo a otro. Lo colocó de nuevo en su sitio un poco frustrada.

   Una hora después había revisado el baño y no había hallado nada. Detrás del espejo había pared azulejada. Dentro del armarito encontró muchas cosas que revisó a conciencia pero nada del otro mundo. Detrás o dentro de la lavadora tampoco había nada. 

   Fue a darle de comer a los gatos y por el plato sin dueño faltaba uno. Los miró bien y faltaba Gergor.  Gregor era corpulento pero no tenía diez meses. Trató de recordar cuándo lo había visto por última vez pero no pudo,  la madrugada anterior también había faltado pero con el calor muchos gatos habían sido remisos en ir a comer. Se asomó al fondo y lo llamó. El gato no dio señales de vida. Se puso nerviosa, Gregor era un gato bastante infantil, nunca había faltado. Además tenía un mal presentimiento. Vestida como ella misma tomó las llaves y salió a dar una vuelta a la manzana por si lo veía. Lo llamaba y agitaba el llavero. Volvió a la casa con la esperanza de que estuviera pero no estaba. Continuó con las tareas, colgó la ropa lavada, y se iba a vestir de Chloe para abrir el consultorio cuando decidió ir a buscarlo de nuevo. Agitando el llavero lo llamaba a viva voz.

   Al pasar por la casa de Rita ésta se asomó. Carmen le contó del insuceso y Rita prometió ayudarla pero la calmó: "Los machitos se van a tener sus aventuras amorosas...y después vuelven. Tranquilicesé: Los gatos vienen solos."

-"Pero después de lo de Gaspar...- contestó María del Carmen (era ella que no soportaba las pérdidas)- "Chloe está sensible y me lo mandó a buscar. Es el naranja atigrado ¿se acuerda? Además es corpulento pero chiquito, puede haberle pasado algo"

- "Tiene razón" - le contestó Rita. -"pero tienen identificación ¿no?"

- "Claro que tienen, pero usted conoce a Chloe" - suspiró María del Carmen – Ahora se la pasa diciendo Günter, dónde está mi Güntercito...Lo dice todo el tiempo, es muy triste- (continuará)

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