- "Claro que
tienen, pero usted conoce a Chloe" - suspiró María del Carmen – Ahora se
la pasa diciendo Günter, dónde está mi Güntercito...Lo dice todo el tiempo, es
muy triste-
El rostro de Rita se endureció y demoró en retomar el diálogo.
-"¿Eso dice? Raro que no lo haya llamado a los gritos ¿Qué pasó?
¿Usted sabe por qué no llama más a los gatos a las seis como los llamaba
antes?"
- "No sé. Yo
a esa hora no he llegado, y si me quedo estoy tan dormida que no oigo
nada"
- "A lo mejor la madre de los mellizos le volvió a pedir que no
gritara más de mañana y la amenazó con llamar a la policía. Entre los gritos de
Chloe y los llantos de los mellizos mucha gente no puede dormir..."
- "Será eso. Pero no creo. La afonía quizás. Cuando se le rompió el
aire en la casa, el paso de una temperatura a otra le afectó las cuerdas
vocales... No sé. Por favor si lo ve, le pido por favor..."
- “No se
preocupe. Voy a hacer correr la voz.”
Volvió a la casa, se disfrazó de Chloe y se
fue a atender.
Así que todos los días a las seis
de la mañana Chloe llamaba a los gatos a los gritos... Rita había dicho
"Los gatos vienen - o vuelven- solos". Chloe tenía que saber que los
gatos vienen solos, de hecho ella misma había visto que a las seis aparecían de
todos lados sin que nadie los llamara. ¿Y si el llamado de Chloe era algún tipo
de señal? Había que encontrar esa plata para recuperar la vida y borrarse lo
antes posible porque la iban a descubrir y la iban a matar.
Al mediodía llamó a los gatos pero
Gregor no estaba. Estaba nerviosa y ya se había dado cuenta de que las
pastillas la tranquilizaban y le daban sueño pero que también le calmaba mucho
los nervios el guante de peinar gatos, así que se lo puso comenzó a
acariciarlos y a sacarles los pelos.
Una llamada sola la interrumpió en el celular
Yomisma: Era el Bombonazo
-“Me dijeron que
perdiste a Günter, Malena.”
-“…No sabés cómo
estoy” – contestó Carmen fingiendo ronquera.
-“Quedate
tranquila, vino tu vecina y la iniciamos el Tam-Tam. Va a aparecer. Tranquila
princesa.”
-“Muchas gracias”
Continuó peinando a los gatos.
Cuando le tocó el turno a Guity fue
pasarle el guante por las patas posteriores y se dio cuenta de que los mechones
se le quedaban en la manopla. Alrededor del ano y hacia abajo a lo largo de las
patas la gata estaba prácticamente pelada y esto parecía querer llegar a la
primera porción de la cola y al lomo.
("¿Será el
calor? ¿Se estará poniendo vieja? ¿O estará enferma?" )
Nada de llamar al Rey. Fue a la guía
telefónica y buscó en el rubro "veterinarias".
Quiso hacer una consulta telefónica
pero le dijeron que debía concurrir con el animal para que se le hicieran
análisis clínicos. Sin embargo el veterinario que la atendió le tiró un dato
escalofriante "A veces es psicosomático.
¿Se mudó o se murió alguien recientemente en su casa, señora?"
Menos mal que no había llamado a
Su Graciosa Majestad, a Dios, el hombre más amado por Chloe. Le hizo unos mimos
a Guity y pensó que Guity era mayor y se
podía morir, que era la gata más importante porque avisaba del celular más
importante y aunque ella misma podía usar el celular, por algo Chloe la tenía
entrenada. Pero además si era enfermedad física o psicosomática - sarna, pena,
duelo, hongos- esto podría ser contagioso a los otros gatos y no podía
arriesgarse.
Por la ausencia de Gregor y por la
peladera de Guity había que informarse un poco así que fue a buscar el libro de
Chloe:"Psiquiatría Animal" de Albert Justin y Henry Ey. Buscó en el
índice y halló el capítulo:"Psicología y psicopatología de los gatos"
y leyó. Se hablaba de la caza, del comportamiento social, del apareamiento, de
las relaciones con los humanos. A primera vista no estaba allí lo de la pérdida
de pelo aunque la ansiedad la hacía saltearse párrafos enteros.
Fue de nuevo al índice y otro
capítulo le interesó más:"Elementos de patología psicosomática de los
animales domésticos" leyó con un poco de cuidado sobre trastornos
histéricos: Epilepsia de grupo, hístero epilepsia, enuresis, neurosis
postemocionales, asma, trastornos metabólicos y endócrinos y cuando terminó para
variar se tomó un valium.
Otro capítulo la convocó:
"Alopecía postemocional de los animales domésticos" (Michel Fontaine
y Claude Leroy) Lo leyó y llegó a "Gatos" y se hizo la luz: Casi
seguro que era, efectivamente, por la muerte del dueño, pero había que descartar
enfermedades de la piel. Cuando terminó
de leer el capítulo encontró unas líneas escritas a mano, evidentemente por
Chloe: "Quien llegó hasta acá, su recompensa merecerá: Vaya al Diccionario
Alemán-Griego y busque".
María del Carmen se levantó, buscó
y abrió el enorme diccionario Alemán-Griego que nadie usaba por supuesto. Halló
dentro de él setecientos dólares en billetes y un cheque sin fecha por la suma
de cinco mil doscientos cincuenta dólares más.
"...y yo que la maté..."
pensó Carmencita aunque luego se corrigió. Se sentía la más culpable y la más
vil pero no la había matado. Ya no podía ir al banco pero sí pedir cosas a la
farmacia. Alcohol con éter porque cualquier crema o al iodo mismo, Guity los
iba a lamer." El padecer silencioso de la gata le empezaba a doler como el
de una hija.
Se acostó temprano y Gregor sin
aparecer y Guity con alopecía y ella con un cheque que le quemaba las manos. De
mañana los alimentó, se alimentó - estaba más delgada pero eso la hacía
parecerse más a Chloe fechó el cheque,
cumplió con la rutina lo más que pudo -Guity perdía más y más pelo-
abrió el consultorio, atendió gente, cobró dinero y al cerrar se fue al banco.
Volvió con su dinero, dinero suyo,
ganado en buena ley y lo puso en un sobre: "Fondo para la recuperación de
mi vida."- escribió.
No eran los quince mil euros que necesitaba pero...algo era.
No cesó en su búsqueda, pero no
hallaba nada. Lo del libro la desalentó un poco: Había que seguir el camino de
los gatos, no se trataba de desarmar la casa. De todas maneras ese día y durante los dos días siguientes se dio
en abrir cuanto libro había en la casa y el consultorio, pero nada más halló.
(El gato sin castrar, aunque haya
nacido en tu cama, siempre es un huésped, Carmencita”) ¿Por qué tenía que ser
así? Gregor había regresado embarrado y sucio el mismo día en que Carmen fue al
banco. Comió, se echó a dormir y durmió un día entero. Pero Guity estaba más y
más pelada de sus patas traseras. María del Carmen la mimaba especialmente, la
tenía con ella, le daba cosas apetecibles como si tuviera ansiedad oral pero el
animal seguía perdiendo pelo. No había abandonado ninguna costumbre pero la peladera
era más que evidente. La pondría en un taxi y la llevaría a otra veterinaria.
Fue al consultorio para hacer la llamada para
pedir turno para una consulta cuando el sonido de una llamada entrante no le
permitió seguir con eso.
Era la sobrina de Chloe. Carmen atendió con
su informal "Consultorio" y una voz femenina le dijo: "Hola tía,
soy yo, Paula. ¿Cómo estás?"
Carmencita conocía al dedillo estas llamadas
y respondió lo que siempre Chloe respondía:
- "Para tu
desgracia, vivita y coleando"
- "Tía -dijo
la voz.- Esta vez no te llamo para saludar solamente. Te llamo porque necesito
ayuda.”
- "A
ver..."- dijo Carmencita con sequedad
- "Me quedé en la calle, tía. Me echaron del trabajo y como estoy
embarazada de cuatro meses y con la nena, nadie me da trabajo. Estoy sin casa,
sin plata y sin trabajo.
- "¿Y tu
hermano?"
- "No lo
encuentro por ningún sitio."
- "¿Y el
padre del bebé?" -
- "Pero si es bombero, tía y vive con la madre que está en silla de
ruedas, no me puede ayudar, ya te conté eso. La vieja me odia, me echó y él no
puede poner piso para que vivamos juntos..."
Carmen pensaba en su propia hija, por lo que
si bien quería ser dura como Chloe, no podía serlo.
- "Tía... ¿me
puedo ir a vivir con vos?"
- "Ehh...estás
embarazada y acá hay gatos. Vos sabés que existe esa enfermedad, la
toxoplasmosis, que se transmite a través de los felinos y que..." (“Mentiras:
eso de que se transmite por los gatos es un mito se la pude agarrar cualquiera
que coma carne podrida, Carmencita”)
- "Por
favor, Tía. No me pongas excusas raras...
- "No es una excusa, Paula. No puedo albergarte en mi casa. Bueno,
podría, le daría a mi secretaria una licencia y podrías venir acá, podrías
dormir y comer en el consultorio o lejos de los gatos pero… tiene que haber una
salida más sencilla... Haceme un favor: Buscá un sitio decente y limpio, amplio
y alquilá. Yo te mando el dinero del alquiler y un sueldito para que puedas
tirar. Hacé unas cuentas de cuanto te costaría un servicio de salud, el
alquiler y una canasta mínima. Y yo te mando el dinero. Te giro el dinero.
- "Pero para
alquilar se necesita en todos lados una garantía, y una pensión o un hotel
salen un ojo de la cara..."
- "Para alquilar se puede pagar un fondo con seis u ocho meses de
alquiler adelantados. ¿Dónde estás? Bueno: Buscate, ahora que lo pienso, por
ejemplo, una casa de familia, alguien bueno y sencillo que alquile una
habitación o dos en su casa. Ofreceles un pago adelantado. Perdoname Paula pero
acá no podés venir..."
- "Estoy muy
sola, tía... "- sollozó Paula. -"Ya hace como cinco años que no te
veo...no me acuerdo ni de tu cara..."
-" Ya sé, ya
sé" - contestó Carmen- "... pero lo de la toxoplasmosis no es un
invento mío. Yo quisiera verte también pero así embarazada es un gran riesgo.
El nene puede salirte retrasado. No te procupes por lo material. Te mando un
giro por mes. Agarrá papel y lápiz y poné una cifra. No faltará oportunidad
cuando haya nacido. Ahí se vienen todos, hasta el bombero, si querés. "
- "Perdoná, tía.”- Sollozó Paula.- “No te llamo nunca... y ahora te
vengo a pedir ayuda. Es que estaba desesperada."
- "Ya mismo dame tu número de documento y te mando trescientos
dólares. ¿Está bien? Mañana los cobrás en cualquier agencia. Te vas a una
pensión por día, ponés a la nena en una guardería o le pagás a alguien gentil
que necesite y te vas a buscar tu hogar. ¿Estamos?"
-"Gracias
tía. Gracias. Sos muy buena, tía. Dios te bendiga… Cuidate de la canícula.
Buscá un papel y anotá bien el nombre y el documento míos"
Carmen terminó la llamada como pudo
y se fue a tirar a un sillón mientras le decía al teléfono: "Me
cagaste...Cómo me cagaste". Le habían tocado el punto. El "Fondo para
la recuperación de mi vida" iba a sufrir grandes mermas. Pero no estuvo
mucho tiempo lamentándose porque se fue a hacer el dichoso giro. En la calle se
encontró con Matilde y...le contó.
La vecina escuchó atentamente y sólo dijo:
-“Chloe debería
cuidarse de esa parentela. A lo mejor se le quieren meter en la casa...La voy a
llamar.”
Problema sobre problema.
Sobre la noche estaba cocinando cuando
recordó la frase de "su" sobrina "Cuidate de la canícula".
¿Chloe sufría de la canícula? Nunca lo había escuchado... ¿Qué era la
canícula? Buscó en el diccionario de términos médicos pero no halló nada.
Sonaba como a nombre de hueso, la clavícula, la canícula... Buscó en el
diccionario y halló el significado del término.
Enseguida recordó aquella
conversación con el Aníbal, el vendedor de los suministros veterinarios. Cuando
le decía "conesstosscaloress" ¿Se estaría burlando? ¿Sería que ya la
habían descubierto y se estaban burlando de ella, jugando como los gatos con
los ratones antes de comérselos? No. No podía ser. Si se sospechaba que algo le
habría pasado a Chloe, la iban a ir a buscar. (Continúa arriba)
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