sábado, 1 de junio de 2013

ESAS VIEJAS DE LOS GATOS (Continuación 7)



 (Continuación) Para el día siguiente  Guity estaba totalmente pelada de la cara externa de sus patas posteriores aunque bien. La cuestión de la sobrina, del dinero, del consultorio, de la búsqueda de la plata no había hecho olvidar a Carmen su cometido de ser lo más fielmente posible Chloe hasta que pudiera hallar los euros. Y ser lo más fielmente posible Chloe podía admitir que dejara de llamarlos a las seis, que olvidara de pedir la comida, que dijera "conesstosscaloress" en lugar de "con la canícula" pero jamás que tuviera una gata pelada. Se imponía consulta veterinaria aunque hubiera que gastarse el Fondo entero. Aunque hubiera que hacer un ateneo en la facultad de veterinaria. Lo que la asustaba era que Guity estaba vieja y meterla en una bolsa y viajar en un taxi no era a lo mejor buena idea porque por ahí, al animal se le paraba el corazón.¿Entonces? ( "Uy que manera de gastar ¿te sacaste la quiniela, Malena?) Se imponía consulta a domicilio. Sabía que muchas cosas quedaban pendientes, cosas importantes, "grossas" como el romance con el paseaperros o hacer desaparecer los restos, pero la vida la iba llevando a tapar agujeros, a "patear la pelota para adelante" en esa lucha contrareloj.

  
   Estaba cerrando el consultorio al atardecer de un viernes atroz, después de una semana atroz con la sola esperanza de tener un fin de semana a puertas cerradas (el veterinario iría recién el lunes siguiente) cuando el celular "yomisma" que tenía siempre con ella no sabía por qué, empezó a vibrar al tiempo que Giselle aparecía como un rayo a pedir su recompensa. Mientras iba a la heladera por el premio quiso ver quien llamaba pero tenía los lentes empañados y los debió limpiar antes de mirar quién era que la buscaba. A lo mejor el Bombonazo...
  La pantalla del telefonito avisaba que quien la requería era " Dios", es decir, el Veterinario, que así lo llamaba Chloe. Fingió afonía y atendió como lo atendía Chloe: "Hola Dios"
Una voz de mujer le dijo:
- "Ayuda por favor…".
  María del Carmen se puso rígida y sólo le salió decir...
- "Chloe no está, se murió."
- "Ayuda por favor..."
   No hablaba ella, le salía decir cosas sin pensar.
-"Pero pasame la dirección y quedate tranquila...voy para allá... ¿Cómo entro?”
-"Las llaves están en el azucarero verde y allí está la dirección... es a dos cuadras de tu casa"
-"Ya voy, ya voy. Es a dos cuadras... Tranquila."
Fue al almohadón de Guity  tomó la nueve e hizo retroceder el trencito. Abrió el celular y llamó. Sabía que nada le responderían pero habló:
-"Yo no soy Chloe pero me llamaron, me llamó Dios para pedirme ayuda. Por favor, movilice la caballería. La dirección... es..."
- “No cuelgue. Deje la línea abierta.” - le respondieron.
...Pero por las dudas llamó también al celular de la gata Gretchen-vecina Matilde y repitió la misma historia.
 -“No soy Chloe pero me llamó "Dios" para pedirme ayuda. La dirección es esta. Matilde, por favor, movilice a la caballería.”
  Se hizo un silencio. Matilde estaría evaluando la situación. La respuesta demoró unos segundos y fue parca:
- "Deje el celular abierto. Éste y el de la persona que la llamó”.
- "...si están todos abiertos...”- contestó mientras corría para la calle.
 
  Retrocedió y se fue de nuevo al almohadón de la pequeña Gretchen y tomó también la siete sesenta y cinco y así, como estaba, con la túnica y los guantes, los lentes y el tapabocas en el cuello corrió a donde debía ir.
  Era una casa simple, prolija, con una puerta y una ventana entornada. Las llaves estaban numeradas. La uno era la de la reja. La dos era la trabex, la tres era la común. Entró y avanzó por un recibidor en penumbras. Había mucho silencio. Caminó por donde el instinto la llevaba, por un corredor hacia el fondo de la casa. Empuñaba la pistola con firmeza. Atravesó un arco y llegó a un estar. Pero no pudo caminar más porque sintió algo duro que se apoyaba en su cabeza y una voz masculina le dijo:
-Quieta. Tirá el arma y poné las manos en la nuca.
-“Mi marido.” –pensó Carmen.


  Pero ni era el marido sino un verdadero comité de recepción. La vecina Matilde, el paseador de perros,  Bombonazo, el supervisor de Cablecanal, el portero de los edificios, Su Majestad  y Rita. Estaba asustada pero aliviada y contenta de que no hubiera sido su marido.
- "Revisala, Rita "- dijo el señor del Cable.
Rita le sacó los celulares y los cerró, le sacó las armas y la palpó de arriba abajo. Le hicieron quitar la túnica, los lentes, desembarazarse del tapabocas y le sacaron también la peluca. Se sentía ridícula.
- "Bueno "Conesstosscaloress" - dijo el paseador de perros.- "´Dóonde está Chloe "
- "Chloe se murió "- contestó María del Carmen,
- "Eso ya lo dijiste y ya lo sabemos hace rato."- Dijo el del Cable - ¿Así que se perdió Gregor y Chloe lloraba por su “Güntercito”? ¡Ridícula! –le espetó
- "¿Qué pasó con Chloe, Carmencita?" - preguntó Matilde
- "Es una historia complicada..." -contestó María del Carmen quien había notado un dejo de sorna en cada una de las frases salvo en el "Revisala, Rita"
- "Somos todo oídos "-dijo el portero.

   Y así fue que tuvo que contar todo desde el principio, desde que llegó el diez y la encontró tirada en la cama, cómo fue que se le ocurrió cerrar y lo del gato finado, por qué se quiso quedar, no les ocultó lo de la plata pero calló lo de los quince mil euros. Les dijo que “yo andaba como bola sin manija y que iba y que trabajaba con Chloe, que la veía sóla y sin amigos y que al verla muerta me vino la inspiración de sustituirla para seguir trabajando y viviendo en una casa decente.”
   Les contó lo del cajero y lo de las ganancias del consultorio.
   Les dijo lo qué había hecho con el cuerpo y mirando al veterinario le explicó que la cabeza estaba intacta y que si quería, él que era doctor la podía revisar porque ni lo que la había atorado había sacado. Contó que después quiso seguir la vida y cómo los gatos la fueron llevando a vivir un poco la vida de Chloe.
- "¿Cómo explicás el giro que le hiciste a la sobrina? Eso era plata grossa..."- dijo el paseaperros.
   Les contó la verdad, lo de la alopecía, lo del libro de psiquiatría animal, el diccionario Alemán-Griego, en fin. Dinero ganado en buena ley y suyo. Que ella también era madre y que sintió piedad por la muchacha. “Yo quería reunir plata y para reunir plata tenía que sustituir a Chloe y no podía llamar a la policía porque mi marido es un tipo pesado lo que se dice pesado y con mucho poder, pero eso Chloe lo sabía y aún así me albergó y  yo me la jugué y  no sabía adónde me estaba metiendo pero soy una sobreviviente y  mi único interés es hacer unos mangos y desaparecer o hasta recuperar mi vida.
- “¿Qué querés decir con eso de "recuperar mi vida" exactamente?” - preguntó Rita.
- “Que yo alguna vez fui una persona con una casa, con hijos, una profesión que no les voy a contar cuál es, disculpenmé, pero que no pierdo la esperanza de volver a ser normal y no una mujer marcada -para- morir que anda a salto de mata por allí. Podría (con la cédula de Chloe y algún dinero) ir a algún país de muchos habitantes y perderme en la gran urbe, algo como Buenos Aires o San Pablo, pasar a ser una hormiga más, pero tener mi casa, estar con mis hijos, trabajar en lo mío si es que los rayos no me produjeron ya cáncer...”
- "Recuperar mi vida es que tu marido se muera, Carmencita" - interrumpió Rita con fastidio- "¿Vos albergás la idea de matarlo o mandarlo matar?"
- "Si pudiera lo mataría, sí, pero me da miedo la cárcel. Y en cuanto a  mandarlo matar... eso no sale anunciado en los clasificados del domingo. "Se mata maridos" no sale, lamentablemente. Pero ustedes vieron cuántos días estuve yo con las armas y los bigotes y los trajes de hombre y las cejas y nunca lo fui a buscar o lo quise ver, jamás me surgió salir a hacer eso, ojalá les digo se muera o lo mate alguien pero yo...lamentablemente..."
- "Voy a tener que ir a ver esa cabeza"-  dijo el veterinario.- "En unas horas vengo, hay que esperar que se descongele. De paso voy a ver a la gatita. Eh, hábleles de la agenda, María del Carmen, porque la voy a traer y espero que no se contradiga. Y me va a tener que contar lo que leyó sobre enfermedades psicosomáticas y sobre conducta social felina..."- agregó.
(Sádico, pensó ella.)
 "Si hay algo que es evidente- se  dijo - es que lo del tratado de Psiquiatría Animal es verdad. Me asusta con que me va a tomar examen para ponerme nerviosa"
- "¿Ustedes piensan que yo maté a Chloe?" -preguntó-"¿Que la maté para usurpar su sitio o porque soy asesina profesional o algo por el estilo?"
- "Estamos explorando todas las posibilidades" - dijo el señor del Cable.
- "Te llevo"- dijo Matilde al veterinario, sacando las llaves de la casa de Chloe. -"Quiero revisar toda la casa esa."
  La cuestión venía medio policial y en tres horas y media que estuvieron allí la tuvieron parada, sin comer, haciéndole repetir las historias, haciéndole decirles algo tan simple como que “llegué, la hallé muerta, no avisé a nadie, la corté en pedazos, metí los pedazos en el freezer, confeccioné el cartelito del gato fallecido, atendí a los vecinos y me propuse vivir su vida para continuar subsistiendo y soñando con recuperar mi vida. ¿Es tan complicado?” (Continuará)

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